Disciplina Estoica

Hablemos de Aprendizaje
Disciplina Estoica

La desescalada es ya una realidad, que, aunque a distintos ritmos, nos está haciendo a todos acelerar nuestra actividad e intentar en la medida de lo posible, superar el impacto que ha supuesto para muchas organizaciones. ¡Tenemos que pasar a la acción!

Y para ello quiero compartiros algo de lo que ya hablaban los clásicos y que en tiempos de grandes cambios ha resultado de gran ayuda: La Disciplina Estoica, y sus tres bases: la Disciplina de la Razón, la Disciplina del Deseo y la Disciplina de la Acción.

En primer lugar, la Disciplina de la Razón nos ayuda a interpretar la realidad tal y como es, no autoengañarnos, algo que es fácil en muchos momentos. Para ello, lo primero que nos recomienda es encontrar espacios para pararnos a pensar, a razonar y meditar, conocer nuestros prejuicios, nuestros miedos… y ser conscientes de que están ahí y de que nos influyen. Se relaciona con la virtud de la Sabiduría. En la práctica consiste en ser capaz de pararnos a pensar después de observar un hecho sin ejecutar una acción de manera automática.

A partir de ahí, entra en juego la Disciplina del Deseo: básicamente lo que nos dice es… y ahora que ya he reflexionado sobre todo esto… ¿qué depende de mí y qué no? La dicotomía del Control… Nos anima a no desgastarnos, a no dedicar ni un minuto a aquello que no depende de mí, ya que aquellas cosas que no están bajo nuestro control, que no dependen de nosotros y que nos genera la incertidumbre del resultado, nos llevarán a la larga a la decepción y el sufrimiento. La disciplina del deseo está relacionada con la virtud de la Templanza.

Y por último, entra en juego la Disciplina de la Acción, en la que interviene la Inteligencia práctica y en la que reina la virtud de la Prudencia y de la Ética, que nos acompaña a la hora de decidir qué acción tomar y que nos ayuda a vivir una mejor vida y a progresar.

Es resumen, la Disciplina Estoica nos habla de la capacidad de tener en cuenta nuestros deseos y aversiones, dominarnos a nosotros mismo y a partir de ahí pasar a la acción.

Es decir, Autoliderarnos para poder ser cooperadores de un proyecto común y abordar los retos complejos que tenemos por delante.

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